"Ayotzinapa, cuna de la conciencia social" reza un lema a la entrada de la escuela normal. ¿Quién no recuerda cuándo por primera vez llegamos a esa institución con incertidumbre y ánimos de comenzar una carrera que nos daría un medio de subsistencia de por vida?
Aún recuerdo ese día, cuando bajaba las escaleras, en busca de una oportunidad para ingresar a tan renombrada institución. Recuerdo que tiritaba de frío al momento de realizar el examen, y me costaba trabajo siquiera rellenar los óvalos de las respuestas múltiples.
Ahora, después de 8 años de aquella aventura, y 4 años de haber egresado, puedo decir: "Gracias Ayotzinapa, gracias por permitirme ser la persona que actualmente soy; de nuevo, gracias.
domingo, 25 de octubre de 2009
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